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La habilidad de ser universitario

Foto del escritor: Santiago Zubieta RubioSantiago Zubieta Rubio

Se reconoce ampliamente que la mejor forma de desarrollar una habilidad es a través de práctica deliberada, concentrada en errores y con énfasis en la repetición; una ignición que motiva a quien aprende, y un coach, que tiene el conocimiento de cómo desarrollar esa habilidad y sabe cómo mantener la ignición de quien aprende.


Ser universitario es también una habilidad, o más bien, una serie de habilidades académicas y no académicas, que tienen que practicarse, motivarse y dirigirse para poder rendir los frutos deseados, así como las competencias humanas y profesionales que acercan al estudiante a su potencial, su propósito y lo dirigen en su camino después de la universidad.


El problema para los universitarios es que el referente de universitario, a pesar de existir, no se encuentra en el profesor ni en los compañeros. Existen las habilidades, se sabe de forma aproximada cuáles son, y también está presente una ignición por parte del claustro académico, así como de los propios compañeros. Añadido a esta situación los cambios generacionales que parecen promocionar una serie de ideas que alejan a los estudiantes de la experiencia universitaria más enriquecedora.


Estas dos provocan que la misión de la universidad y su oferta educativa no se corresponda con las necesidades bien intencionadas pero mal informadas (o formadas) de los estudiantes que llegan a las aulas. La consecuencia es una universidad desaprovechada o un rechazo de la universidad y su plan de formación, buscando una oferta que sí se apegue a lo deseado.


Falta en este cuadro una persona que enlace al alumno con la experiencia y habilidades de universitario, creando el puente entre la oferta formativa y la formación de la demanda. Cerrando el puente entre los alumnos y la universidad; siendo apoyo para ambos. En palabras más simples, un referente universitario atractivo y a su vez formativo, que guíe en el desarrollo de estas habilidades y que a su vez mantenga la motivación de los estudiantes. Esta posición no se cumple por los compañeros, pues se encuentran en la misma situación, ni por la propia universidad, cuyas labores no alcanzan el problema con la asesoría académica. El problema va más allá de lo académico y toca el área de lo más humano: la forja del carácter y el desarrollo de la personalidad.


Sin embargo, hoy en día no existe formalmente tal referente. Ese puente entre lo humano, lo académico y lo atractivo para los nuevos estudiantes. La solución es un híbrido entre un coach universitario y un mentor. Una persona que tome un aproach personal, holístico, humano y competencial para ayudar a explotar al máximo las experiencias universitarias y a desarrollar esas competencias académicas y no académicas que ayudaran a dirigir los planes personales y profesionales del alumno.


Por ello, la solución es tener a una persona con experiencia en temas de desarrollo personal que mantenga la atención y familiaridad con los alumnos, pero que sepa cómo dirigir los esfuerzos de los alumnos en la etapa universitaria. Esta persona será el referente en las habilidades que el alumno necesita y busca para su éxito universitario.


En Unicoach estamos comprometidos con este desarrollo. Sabiendo que las aulas son el lugar propicio para desarrollar habilidades, Unicoach ayuda a potenciar el desarrollo dentro de estas, así como aquellas que solo pueden fortalecerse viviendo la vida universitaria no curricular.


Convencidos del valor inmensurable de la experiencia en la universidad, Unicoach ha desarrollado las herramientas idóneas para favorecer el crecimiento del alumno, dirigiéndolo en los esfuerzos para vivir plenamente esta etapa. Si estás interesado en conocer más sobre nuestros servicios da click aquí.


¡Cuéntanos! ¿Qué piensas tú?




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